Una de las grandes tradiciones que caracteriza a México es sin duda, el 2 de noviembre, el día de muertos, una de las mas bellas que me ha tocado vivir, desde el altar de muertos puesto en mi casa y oficina, la visita a los panteones, las charlas sobre los que se nos adelantaron, limpiar su ultima morada y recordarlos con nosotros, y esperar cuando cruzan el umbral y vienen a abrazarme con la libertad que esta bella tradición nos inculca, hasta ser una Catrina en eventos de cultura.
Pero, aunque hubo un tiempo en que temí a la muerte - no a la que llega cuando debe llegar- sino a la que llega por el odio humano, la que roba la vida, la que llena de luto y desgracia a la familia que la sufre, porque parte de la naturaleza del ser humano, es la maldad, que cuando no se sabe encaminar, arrasa a su paso, y hiere a los que toma, como a los que deja en este plano terrenal, una muerte que aun sigo temiendo, he aprendido a vivir con ella.
Para bien o para mal, tenemos esa tendencia a sobrevivir con los temores, pues en un país como México la violencia prospera y nos sigue robando la vida, colgándole una mascara de terror a la muerte, una mascara que no debería llevar.
La muerte no duele, duele la vida sin esa persona, sin esa mascota, porque es familia, porque es amistad, porque es amor y el amor escasea en el mundo, y tememos el no encontrar un amor como el que se puso en pausa, porque desconocemos cuando volveremos a ponerle play, y eso nos causa dolor, tristeza y llanto, porque no importa el tiempo, nunca nos parece suficiente el que pasamos con los seres queridos, aunque a veces lo perdemos en peleas tontas, odios y excusas sin sentido, y es cuando más duele.
No sabemos o no queremos aprovechar (en algunos casos) la cercanía de los que un día nos faltaran, o que les faltaremos,
Y la muerte, no es otra que la encargada de llevarnos ¿a dónde? No lo se, pero como todos, un día, tal vez lejano, tal vez cercano, lo sabre, esperando a la muerte que me guíe hacía el destino final, pero mientras llega, no podemos dejar de vivir. Aunque poco a poco veamos que todos se mudan, y uno se va rezagando.
Un bello altar familiar en medio de una llorona
Yo no debatiré en si es cierto o no, lo que la muerte depara, porque solo muere lo que se olvida, y mi cultura no me permite olvidar a mis seres amados, incluidos las mascotas que me esperan en ese bello puente y que un día veré de nuevo, pero sobre todo abrazare.
Bonus: Una película realmente hermosa, COCO, retrata al pueblo mexicano y lo que envuelve la tradición del día de muertos, pero sobre todo el amor de familia, ese amor que aunque a veces viene cargado de rencores, al final la búsqueda de la verdad nos libera y nos hace amarnos de nuevo. Coco es bella en todos los sentidos, porque que bonitos los panteones con sus flores y su aroma, con esa puerta que nos hace sentirnos otra vez amados por quienes físicamente ya no están, pero que siempre llevamos en el corazón
Un tema profundo pero claro para el mexicano, me gusta como planteas ese hecho, la muerte siempre viene tardía o temprana, incierto a donde nos lleva, solo lo que deja es claro como el agua y mas espeso que la niebla de una peli de terror porque lo único que duele es perder a alguien y sobre llevarlo nunca es fácil...sin embargo esta tradición milenaria es hermosa por lo que representa y aun cuando el cine insiste en hacerlo cliché de sus películas para un mexicano es mas que eso y mucho mas que el recordatorio del amor que le tenemos a los que se han ido o el homenaje a la vida que se ha ido siempre es mucho…