Yo nací en una familia beisbolista, desde el que apenas es planeado, hasta el que se nos ha adelantado lleva el béisbol en la sangre, los Kurys nos llaman, aunque no es el apellido, es un apodo, pero desde que tengo conciencia, he pertenecido a la familia de los Kurys, todo nació por que uno de mis tíos jugo como catcher en los Sultanes de Monterrey, haya por los 60´s, ya les contare completa esta historia, porque ahora se trata de Sultanes.
Pero mencionar a mi familia, es que entiendan un poco el amor que yo le tengo a este deporte, pues se nos ha inculcado desde antes de nacer, con equipos conformados por padres, tíos, hijos, primos, familia política, y con porra propia, de ese tamaño es mi familia, que podemos formar equipos de béisbol, los niños entran a todas y cada una de las etapas de la liga pequeña, no hay temporada que no estemos pendientes de Sultanes.
Y como tal, conocemos la historia del equipo, anhelamos cada temporada verlos campeones, y la ultima ocasión fue hace mas de 10 años, en el 2007, este año iban a cumplirse 11 años sin ser campeones, pero todo eso quedo atrás, la cuenta vuelve a ceros.
En un torneo diferente, dividido en dos temporadas, este 2018, #Sultanes derroto a los Guerreros de Oaxaca por 4 juegos a 2 y coronarse campeones de la Liga Mexicana de Béisbol
Un torneo diferente que será el primero y el ultimo (por lo que se dice que no gusto el concepto), y volveremos al tradicional, al que inicia en primavera y termina en otoño, fue raro ver en junio perder a Sultanes contra los Leones de Yucatan y al siguiente día promocionaban la venta de boletos para el siguiente torneo. Aún no nos recuperábamos de otra temporada perdida y ya iniciaba la segunda -para mí, muy mala decisión de la liga mexicana, pero iba a apoyar a mis Sultanes siempre- así que pasado el trago amargo, como siempre, seguía apoyar a mi equipo, fui en varias ocasiones con amigos durante la temporada, pero siguiéndolos siempre por TV.
El Palacio Sultán casa de los Sultanes de Monterrey, es el recinto mas hermoso de la liga mexicana, y que fuera renovado para recibir a la Mayor League Baseball en mayo 2018, juego entre Los Dodgers y los Padres de San Diego.
Fuimos al primero de la serie, siempre emocionándonos al entrar al Palacio, es tan bello, no que antes no lo fuera, pero rejuveneció y quedo hermoso, siempre con la ilusión de verlos ganar. El juego empezó bien, Oaxaca tiene un gran equipo, y se vio en ese primer juego, gano 4 a 1, a unos Sultanes que no encontraban por donde responder.
El segundo juego, lo vimos en casa, en familia, pues no siempre se puede ir a todos los juegos, también se jugaban boletos en las grandes Ligas, y jugaban los Tigres la Copa Mx, ese día estaba entre los Yankees, los Sultanes y los Tigres, pero tanto Tigres (que perdió en penales) como Yankees (que gano para jugar contra Boston) terminaron antes del juego de Sultanes, que iba abajo en el marcador cuando ya mi atención estaba al 100% con ellos, mis papás y mi sobrino optaron por irse a dormir, pues fue un juego largo y Sultanes no parecía remontar, se acercaron en la pizarra, pero ya era la novena entrada, abajo por dos carreras, 6 a 4, empece a prepararme para dormir, y ver el final del juego en mi cama. cuando viene el noveno en el orden y le hacen out, inicia de nuevo el line up son Borbon, quien se embasa, para que Ramiro Peña sea el segundo out de la novena entrada, eran exactamente las 11:11 pm., pues lo tuitte https://twitter.com/Blackladyni/status/1047700866839580672 11:11 que gane Sultanes *cruza dedos* y Agustín Murillo se pone en el plato de home y como si realmente mi deseo se cumpliera, batea un Home Run y el juego se empata, salte de la cama, grite de la emoción, luego Félix Pérez anota igualmente con Home Run, para dejar en el cuadro a Oaxaca y ganar 7 a 6. Ese juego le daba vida a Sultanes.
Los juegos en Oaxaca estuvieron emocionantes, Sultanes gano el juego 3 y 4 de visitante y se ponía a uno solo de ganar la copa Zaachila, el domingo, parecía que todo estaba servido para que desde televisión y viéramos después de una década, campeones a Sultanes. 5 a 1 aventajaba Sultanes a unos Guerreros que parecían perdidos en su propio campo, sin embargo, Sultanes perdió el camino, y esa garra que los caracterizo en los juegos 2, 3 y 4 había desaparecido y Oaxaca quién parecía que tenia todo perdido, saco la casta Guerrera y gano el juego 5, mi pensamiento: una temporada más que se nos ira y no veré a Sultanes campeones. Amigos me animaban, que era mejor verlos ganar en casa, en el arropo de su gente, pero sin demeritar su aliento, yo estaba sedienta de ver a mi equipo campeón, no importaba el lugar, solo verlos levantar la copa.
Así que nos alistabamos para el juego 6, en casa, en el Palacio Sultán, por circunstancias de la vida, al final no pudimos llegar al Palacio, nos habíamos preparado y las cosas no salieron como esperábamos en casa, así que no hubo mas que verlo por televisión, mi madre: mira, debimos haber ido, yo: Ma, a veces no se puede estar ahí, lo importante es que ganen.
Y así inicio el juego, los Sultanes tomaron la mínima ventaja, y nosotros queríamos que el juego terminara, pero también deseando estar ahí, sin embargo, los Guerreros harían honor a su nombre, y vendrían de abajo para cambiar el marcador 2 a 1, empezaron los comentarios negativos, pero aunque tuve que pausar de ver el juego con mi familia, pues tenía una reunión para ver mi futuro, llegue al restaurante pidiendo que en la televisión pasaran el juego, y que para mi fortuna, accedieron y entre las charlas de lo que esperaba de mi futuro, veía el juego, me emocionaba en las jugadas, sin perder realmente la atención de quien me acompañaba, se vino la novena, la cena había terminado, eramos ya solo dos mesas en el restaurante, pero aunque estaba cerca de casa yo no podía perderme el juego, así que decidí quedarme y ver si Sultanes ganaba o veía la manera de buscar boletos para el juego 7.
Sin embargo, la emoción crecía en mi, Sultanes empataba el juego, 2 a 2, se llenaba la casa, mi piel se erizaba, mi corazón latía a un ritmo acelerado, sabía que el momento se acercaba, la mesera al parecer noto mi nerviosismo y empezó a levantar la mesa, mis ojos estaban sin parpadear hacía la pantalla, solo escuche: si, lleveselos, ella en cualquier momento gritara y brincara de la emoción, pero yo no podía perder segundos es responder a eso, era cierto, todo mi cuerpo gritaba ya por dentro, de nuevo, novena entrada, dos outs, pero esta vez casa llena, y venía Ramiro Peña, Ramiro no iba a fallarnos, lo sabía, lo deseaba, Ramiro tenía que batear, tenia que hacernos campeones y entonces... Sucedió, Ramiro bateo y Chris Roberson corrió llevando en el, la felicidad no solo de una ciudad, sino de un estado amante del Béisbol, donde se encuentra la cuna del Béisbol, donde por vez primera en México se jugo este bello, deporte, no podía ser de otra manera, corrió, abrió los brazos y abrazo a sus compañeros y con ello, a toda una afición.
FELICIDADES CAMPEONES
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